lunes, 19 de octubre de 2009

Los socialistas almerienses en Bentarique


Griñán comienza la reconquista del PSOE en el Levante desde Almería


El presidente de la Junta participó ayer en la Fiesta de la Rosa que se celebraba por primera vez en la provincia · Su cuarta visita en el cargo se cerró con un baño de masas en Bentarique.


José Antonio Griñán ha conseguido un record para la localidad de Bentarique. El presidente de la Junta de Andalucía presidió ayer la Fiesta de la Rosa, una jornada lúdica para la militancia, pero también reivindicativa, pues se convierte en un acto en el que se ponen de manifiesto los valores socialistas y las líneas de trabajo que seguirán los dirigentes de la formación. La localidad multiplicó por veinte la población habitual, puesto que la presencia del presidente de la Junta de Andalucía fue seguida por las agrupaciones locales de prácticamente toda la provincia.Así, es desde Almería de donde el dirigente socialista quiere que se inicie la reconquista política, según sus propias palabras, de las instituciones del Levante, tanto en la propia provincia, como en Murcia o Valencia.


El público, cómplice a las palabras de los líderes socialistas que pasaron por el atril, se mostró entregado sobre todo a la presencia del presidente del Gobierno regional, quien no dudó en agradecer la gran acogida, pero no por ello quiso cerrar su discurso a los principales problemas que sufre la sociedad en la actualidad.


Como anfitrión de la primera Fiesta de la Rosa que se celebra en la provincia, el alcalde de la localidad de Bentarique, Enrique Cantón, quiso resaltar la modélica implantación de los derechos sociales que se está llevando a cabo con el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Es una política "socialmente necesaria", mantiene el primer edil de la capital y por ello, no dudó en invitar a los dirigentes políticos socialistas a salir a las calles y dar a conocer el verdadero espíritu de los valores socialistas que llevan a "gobernar para los más débiles".


Sus palabras fueron ampliamente recogidas por sus sucesores frente a los militantes socialistas que se congregaban en la zona de recreo de Bentarique. Además, no desaprovechó la oportunidad para invitar a los presentes a las próximas fiestas del municipio.Como anfitrión provincial, también participó en el acto el secretario del PSOE de Almería, Diego Asensio, quien reconoció que "nos encontramos en un momento difícil y complicado, y somos conscientes que debemos estar al lado de los ciudadanos".


Ante la crisis, explicó que la importancia está en priorizar las inversiones. Pese a ello, llegarán muchos millones desde Madrid, puesto que insistió en que "nunca se había destinado tanto dinero a las infraestructuras, entre ellas, la alta velocidad", que ya ha iniciado sus obras.A diferencia de su línea de trabajo, también quiso hacer referencia a las propuestas del Partido Popular.


Más que propuestas, Asensió habló de que "están buscando mejorar sus resultados en las urnas a costa del sufrimiento de la gente". Además, hizo referencia a la subida de impuestos impulsada por el Gobierno de Zapatero, resaltando que "hubo bajada cuando la economía subía, y ahora tenemos que mirar hacia el futuro", lo que justifica el que todos los contribuyentes tengan que realizar un esfuerzo. El mismo esfuerzo es el que está dispuesto a realizar el propio presidente de la Junta, porque "lo que no podemos consentir es que no haya prestaciones al desempleo".

miércoles, 5 de agosto de 2009

13 rosas «rojas» fusiladas por el franquismo. Un libro para el recuerdo, de Carlos Fonseca


Trece chicas, siete de ellas menores de edad, fueron fusiladas en 1939 contra la tapia del cementerio de Madrid, simplemente por ser "rojas". El periodista Carlos Fonseca recuerda en un libro este episodio de la Represión Franquista.


Madrugada del 5 de agosto de 1939. Una descarga atronadora retumba en el silencio del día que comienza a despuntar. Después, con una cadencia monótona, suenan los disparos secos del jefe del pelotón de fusilamiento que remata a las víctimas, una a una, con el tiro de gracia. Las presas de la prisión de Ventas, que desde hace horas esperan ese fatídico momento, cuentan en voz baja: «uno, dos, tres trece».
El viento denso y pegajoso del verano hace perfectamente audible aquellos terribles sonidos en el centro penitenciario, distante apenas 500 metros en línea recta del cementerio del Este. Saben así que sus compañeras, que a partir de ese momento pasaran a formar parte de la memoria colectiva de la lucha contra el franquismo como Las Trece Rosas, han sido fusiladas. Su delito: ser rojas.
Momentos antes, y contra el mismo paredón del camposanto madrileño, habían sido ajusticiados 43 compañeros de la Juventud Socialista Unificada (JSU). En total, 56 fusilados en una de tantas sacas con las que el nuevo régimen castigó durante años a los vencidos.Un castigo ejemplar, un acto de venganza, con el que el régimen se saltó incluso sus propias normas formales, que establecían que las penas de muerte quedaban en suspenso hasta que se recibiera el enterado del Caudillo. Un formalismo que el Cuartel General del Generalísimo no cumplimentó hasta el 13 de agosto, cuando habían transcurrido ya ocho días desde que les dieron tierra.
El periodista Carlos Fonseca recupera en un libro trepidante titulado, Trece Rosas Rojas (Temas de Hoy), uno de los episodios más trágicos y desconocidos de la posguerra española. Un capítulo olvidado de los textos de Historia, con mayúscula, pero que permanecía fijado a fuego en la memoria de quienes sobrevivieron a aquel suceso. Con cartas de las protagonistas desde prisión, el testimonio de mujeres que vivieron los hechos y que compartieron amistad y cárcel con ellas, los recuerdos de sus familiares y la investigación en archivos militares y penitenciarios, el autor recupera la memoria histórica de un puñado de jóvenes idealistas que lucharon por la República, y recrea el ambiente opresivo del Madrid de la inmediata posguerra.
LAS HEROINAS
Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brissac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente, que así se llamaban Las Trece Rosas, no habían cometido más delito que defender la legalidad republicana contra el alzamiento militar del 36 y todas, salvo Blanca, la mayor de ellas con 29 años y la única casada y con un hijo de 11, militaban en la JSU, en el PCE, o en ambas organizaciones a la vez. Ni eran protagonistas ni lo pretendían, aunque los acontecimientos les reservase ese papel.
Todo comenzó a finales de febrero de 1939, cuando el Buró Político, máximo órgano de dirección del PCE, se reunió por última vez en Madrid para decidir qué hacer en caso de que la capital cayera en manos de las tropas franquistas, algo que parecía cada día más próximo. La decisión fue preparar la evacuación del mayor número posible de dirigentes y dejar la organización en manos de militantes de segundo nivel con la intención de que la mantuvieran con vida. Su tarea sería ayudar a los compañeros que quedaran en el interior, mientras desde el exilio se esperaban acontecimientos y se decidía qué hacer.
Cuando el 28 de marzo las tropas nacionales entraron en la capital, la práctica totalidad de dirigentes comunistas se encontraban ya fuera del país y un grupo de muchachos, que se habían batido contra el enemigo en los frentes de Brunete y Guadalajara, se hizo cargo del partido y de la JSU. Ayudar a los camaradas presos y a sus familias, esconder a los perseguidos e intentar recomponer los restos de la derrota era su único objetivo.
Como relata Nieves Torres, una de las protagonistas, «lo principal en aquellos momentos era esconderse, y después ver si la gente a la que conocías y lograbas localizar estaba dispuesta a seguir en la lucha. Yo me coloqué a servir en casa de unos señores de Cuenca que vivían en la calle Goya. Eran franquistas y yo me decía ¡bendita sea dónde te has metido!, pero estaba contenta porque tenía un sitio fijo para comer y dormir, y de vez en cuando paseaba por la calle por ver si me encontraba con alguien. Se trataba de ir captando a jóvenes y de reorganizar la JSU, ni más ni menos».
Madrid era una ciudad inhóspita y peligrosa para los enemigos del régimen, en la que las delaciones estaban a la orden del día. Denunciar era una obligación patriótica, una forma de extirpar el cáncer del comunismo y, sobre todo, la manera más clara y directa de demostrar la adhesión al nuevo Estado. La capital era barrida calle por calle en busca de enemigos de la patria con un odio sin precedentes.
TORTURADOS
Y así fue como la Policía franquista llegó hasta José Pena Brea, un muchacho de 21 años que había asumido la secretaría general de la JSU por decisión de sus compañeros. Fue conducido a la comisaría del Puente de Vallecas, y allí torturado durante días hasta que contó todo lo que sabía para acortar su sufrimiento a un precio enorme. En días sucesivos fueron cayendo todos sus compañeros que fueron, a su vez, fuente de nuevas revelaciones.Las Trece Rosas estaban entre los numerosos detenidos.
«Yo tenía 15 años cuando me detuvieron -cuenta María del Carmen Cuesta, hoy octogenaria- pero era valiente. Me llevaron junto a otras compañeras, entre las que estaba Virtudes, a la comisaría de Jorge Juan, donde estuvimos 10 ó 15 días. Nos interrogaban de madrugada para que no pudiésemos conciliar el sueño, y a los tres o cuatro días de estar allí empezamos a oír gritos estremecedores, espantosos, de compañeras que pasaban por los baños de agua fría, por las anillas eléctricas ».
Las corrientes eléctricas en pechos, muñecas y en los dedos de los pies y manos fue una práctica normal con los detenidos políticos, copiada de los miembros de la Gestapo alemana que se desplazaron a España. Torturas físicas que en el caso de las mujeres se complementaban con vejaciones que buscaban su derrumbe psicológico. Muchas de ellas fueron peladas al cero, e incluso les raparon las cejas para desposeerlas de su feminidad.
Su destino final fue la prisión de Ventas, la moderna prisión de ladrillos rojos y paredes encaladas inaugurada en 1933 como un centro pionero para la reinserción de reclusas, que los vencedores transformaron en un enorme almacén humano en el que se hacinaban 4.000 mujeres cuando su capacidad máxima era de 450.
Los talleres, los pasillos y hasta los váteres hacían las veces de dormitorios para una multitud en la que convivían madres con hijos, ancianas y muchachas casi niñas. Se comía sólo una vez al día y cuando te tocaba, que podía ser por la mañana o de madrugada, un caldo negro que se obtenía de cocer vainas de habas. Hacinadas y con el hambre como compañera, la sarna y los parásitos se comían a las internas, y la avitaminosis les provocaba enormes llagas en la piel. Dolencias agravadas por la ausencia de unas mínimas condiciones de higiene.
Así vivieron Las Trece Rosas hasta que la madrugada del 5 de agosto el runruneo de un camión viejo y destartalado les anunció que venían a por ellas. Dos días antes fueron condenadas a muerte por un Consejo de Guerra acusadas de un delito de «adhesión a la rebelión», y había llegado el momento de ejecutar la sentencia.
Julia Conesa Conesa, de 19 años, tuvo tiempo de escribir una última carta a su familia que decía así: «Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis nadie.Salgo sin llorar. Me matan inocente, pero muero como debe morir una inocente. Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para siempre. Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar».La misiva concluía con un ruego: «Que mi nombre no se borre en la historia». Este libro es, sin ninguna duda, la mejor forma de evitar el olvido.

lunes, 27 de julio de 2009

Reunión sobre el soterramiento en "La Cañada"


El pasado lunes, 20 de julio, tuvimos una reunión con los vecinos de barrio de La Cañada, donde el Secretario General de la Agrupación Municipal y Presidente de la Diputación, Juan Carlos Usero, el Viceportavoz Juan Carlos Perez Navas y yo informamos sobre el "Avance del Proyecto del Soterramiento".

La reunión fue muy productiva, porque además de informarles, aclaramos sus dudas y escuchamos sus quejas y protestas sobre distintos temas de índole municipal.

miércoles, 15 de julio de 2009

El PSOE de Almería denuncia el "descontrol total" en el mercadillo de la Plaza de Toros


El Grupo Socialista exige al gobierno municipal que se tome interés por los serios problemas que se originan cada viernes por el mercadillo de la Plaza de Toros, uno de los más antiguos de la ciudad. Los propios vendedores autorizados han transmitido su descontento con el actual equipo de gobierno municipal a los concejales socialistas Inés Plaza y Francisco Garrido, con quienes han mantenido una reunión esta misma semana.

Juan Torres, presidente de la asociación ASPROCAL, ha informado a los concejales socialistas de la falta de organización y previsión por parte del Ayuntamiento a la hora de planificar las obras del parking de Plaza de Toros. En su opinión "para nada han contado con nosotros hasta que se han iniciado las obras; ahora hay que ir parcheando la situación sobre la marcha".

Esta falta de previsión, comprobada personalmente por los ediles socialistas, está originando un auténtico caos en la organización de los puestos. "Los nuevos emplazamientos no se respetan ya que están ocupados por vehículos aparcados que no se retiran y obligan a los comerciantes a ubicarse donde pueden. Se estima que hay más de un 30% de puestos ilegales, tanto en el mercado como en los alrededores", señala Inés Plaza.


Junto a esto se produce cada viernes el bloqueo prácticamente total de algunas calles (Calvario, Isaac Albéniz) con el consiguiente peligro en caso de urgencias. El presidente de ASPROCAL denuncia la total pasividad del Ayuntamiento ante el deterioro, no sólo de este mercadillo sino de todos los de la capital. "No mandan policías – denuncia -, aquí nadie hace control de asistencia y los puestos ilegales campan a sus anchas, con el consiguiente perjuicio para los comerciantes en regla y los consumidores". Los comerciantes de la Plaza de Toros destacan que el Ayuntamiento recauda cerca de 90.000 euros por las tasas de este mercadillo.

El Grupo Socialista considera que las áreas correspondientes deben actuar para ordenar el mercadillo y garantizar la seguridad vial y sanitaria. Los comerciantes aseguran que no hay un listado oficial de parcelas y que la policía no controla la asistencia ni pide las licencias a los vendedores.

Los concejales socialistas se han comprometido a informarse de las intenciones del equipo de gobierno sobre el futuro del mercadillo y exigir que se tomen las medidas oportunas para el correcto desarrollo de la actividad comercial, controlando el establecimiento de puestos ilegales y garantizando la seguridad de la zona.

lunes, 29 de junio de 2009

EL Grupo Socialista exige al Alcalde que empiece a trabajar ya en el diseño de urbanización para el Soterramiento


Nono Amte: “A todos nos gustaría saber quién es el interlocutor municipal con Fomento”

El Grupo Municipal Socialista pide al Alcalde que acabe con el pesimismo y las declaraciones estentóreas de algunos de sus concejales sobre el soterramiento del tren. “Lo cierto y verdad es que esta gran obra se va a hacer, que el Gobierno de la Nación está dando todos los pasos y que en pocos años va a cambiar para bien buena parte de nuestra ciudad”, destaca el portavoz del PSOE Nono Amate. “El estudio ya está aquí y su realización va a poner a Almería a la altura de las grandes ciudades en cuanto a transporte ferroviario”, añade.

En su opinión, “es el momento oportuno para que el alcalde asuma la realidad del soterramiento y deje claro ante Fomento que es el alcalde quien encabeza la dirección del trabajo que ahora le corresponde al Ayuntamiento. Es decir, que deje claro que él es el interlocutor ante las demás administraciones que tienen parte en el proyecto”. Amate pide “que se dejen de celos y recelos y tengan en cuenta que parece lógico que una obra como ésta, financiada al 80% por otras administraciones, que éstas también quieran presentarlas”.

Para el edil socialista, no se entienden las quejas del alcalde sobre el coste de la estación, sobre la aportación municipal o sobre el propio diseño del soterramiento. Se pregunta Amate si es que Comendador pretende que el AVE no entre en la ciudad y que no haya conexión ferroviaria con el puerto. “Hay que acabar ya con las salidas de tono de los señores Amizián y Venzal, incapaces de ver más allá. El uno, pensando en un referéndum y el otro dando a entender que no hay dinero para pagar el soterramiento a pesar de que si lo había para otras obras o proyectos menos importantes”. Amate pide en nombre del PSOE que se acabe con ese sentimiento de victimismo que algunos quieren inculcar a los almerienses y que el Ayuntamiento empiece ya a diseñar la urbanización de la superficie que quedará liberada y que aproveche al máximo la gran oportunidad que se le abre a la ciudad de Almería para modernizar y mejorar su imagen y recursos.

El soterramiento supondrá resolver el aislamiento de barrios como 500 Viviendas, Tagarete, Cortijo Grande y otros, como ya expuso el portavoz en días pasados al Comité Vecinal.